Si se hiciera una lista de las parábolas más amadas y conocidas de Jesús, el Buen Samaritano encabezaría la lista. Es una historia poderosa y evocadora que revela una verdad fundamental. Por lo que vale la pena que echemos un vistazo a lo que Jesús quería comunicar con esta historia.

Examinando al Buen Samaritano

Para comprender el significado de la historia de Jesús, necesitamos mirar el contexto en el que la contó. Todo comenzó con un experto en la ley de Moisés que vino a Jesús con una pregunta: «¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?”

Ante lo cual Jesús responde a esta pregunta contando una historia sobre un hombre golpeado, robado y dejado morir a un lado de la carretera. Tanto un sacerdote judío como un levita (ayudante de un sacerdote) pasan junto a él. Esto habría sorprendido al hombre que escuchó la historia. De todas las personas que podrían mostrar compasión por un viajero judío caído, sería uno de estos compañeros. Ambos se desvían del camino para evitar al hombre herido.

La esencia

Ahora bien, cuando se trata de examinar parábolas, la gente a menudo se pierde en la maleza. Pasan tanto tiempo tratando de dar importancia a cada detalle que malinterpretan la historia. Pero los detalles sólo son un vehículo para comunicar un punto central. Entonces, ¿cuál es la esencia de esta historia?

El maestro de la ley pretendía atrapar a Jesús, pero Jesús dio la vuelta a la conversación. Cuando la vida eterna se reduce a amar a Dios y a tu prójimo, lo que deja clara la esencia de la historia.